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ARCHIVO DE PATRIMONIO DOCUMENTAL

HOJEANDO NUESTRO ARCHIVO DE PATRIMONIO DOCUMENTAL

“Al archivo se le pueden asociar dos principios rectores básicos: la mnéme o anámesis, (la propia memoria, la memoria viva o espontanea) y la ´ hypomnema (la acción de recordar). Son principios que se refieren a la fascinación por almacenar memoria (cosas salvadas a modo de recuerdos) y de salvar historia (cosas salvadas como información) en tanto que contraofensiva a la «pulsión de muerte», una pulsión de agresión y de destrucción que empuja ´ al olvido, a la amnesia, a la aniquilación de la memoria” Los lugares de la memoria: el arte de archivar y recordar Anna Maria Guasch

Esta exposición recoge una serie de documentos del archivo de patrimonio documental de Funza,  a través de los cuales queremos exaltar el valor de estas piezas como parte fundamental en la reconstrucción de nuestra historia. Este archivo, más que ser concebido como una serie de datos registrados en un papel, supone una valiosa memoria de nuestro territorio y comunidad, que se conserva como testimonio de su pasado.

El recorrido por la muestra está dispuesto cronológicamente, de manera que vayamos descubriendo en cada uno de los documentos una pequeña captura de la sociedad del momento; un instante que se refleja desde el modo en que se elaboraban los textos y se trataba su suporte de papel, hasta el propósito y carácter que tenía cada uno de estos escritos.

Esperamos que esta muestra motive al espectador a reconocer nuestro patrimonio documental como uno de los repositorios más significativos de nuestra cultura e historia.

A continuación, les presentamos una breve descripción de cada una de las piezas con componen esta muestra:

Curaduría:

Natalia Mejía Murillo

Renderizado y modelado 3D:

Cesar Faustino 

 

Textos Archivo Documental Patrimonial:

Fernando Caho

Coordinador archivo Histórico y Patrimonial

Libro de Determinaciones y Conciliación del juzgado municipal 2° de la Villa de Funza de 1826

El Libro de Determinaciones y Conciliación del juzgado municipal 2° de la Villa de Funza de 1826 comprende los casos de denuncias y veredictos que el juez del municipio emitió entre finales de 1825 y 1827. Para esa época, el juez era el mismo alcalde, quien tenía la potestad de decidir sobre cualquier situación social de su localidad siguiendo lo descrito en los decretos de la constitución.

En este documento se aprecia información sobre el modo de gobernar en la época y sobre los conflictos sociales que se presentaban en el territorio funzano.

 

El libro contiene demandas de ciudadanos, así como los veredictos decretados por el alcalde Díaz en 1826. También se observa la caligrafía característica de comienzos del siglo XIX, en la que se observan los finos trazos y las formas de unión de las palabras. El primero registro en este documento es la demanda de una mujer a su marido por maltrato y alimentos.

 

Por otra parte, es de exaltar que todas las hojas del libro tienen el sello de la República de Colombia de 1922 y el sello del Estado de Cundinamarca.

Diligencias de pregones i remates de la área de población de la Parroquia de Funza de 1844

En este libro se encuentran los remates de terrenos baldíos con el propósito de utilizarlos para construir allí viviendas o tiendas. Para ello, el territorio de Funza fue dividido en 5 partes, las cuales se llamaron: Boyacá, Bomboná, Carabobo, Pichincha y Ayacucho. Cada uno de estos cuarteles fue dividido a su vez en 4 manzanas. Los remates los hacían con una medida que llamaban celemín de tierra que equivalía a la décimo sexta parte de una fanegada y valía 8 reales.

Este documento contiene 174 pregones distribuidos en los 5 cuarteles nombrados anteriormente.

El objetivo de estos remates era organizar los terrenos del pueblo de Funza, para demarcar los que se utilizarían para ser habitados o construidos, y también determinar los terrenos baldíos, de manera que la población pudiera aprovechar estos terrenos y pagar un impuesto mensual al gobierno central. Por tal razón, se especifican mediante un decreto, las fechas de los remates y los pregones respectivos. En el documento también se encuentra un anexo del Periódico Constitucional de Cundinamarca relacionado con la Protección de tierras indígenas y resguardos.

Uno de esos pregones dice lo siguiente:

“8 reales dan por arrendamiento por año, por un celemín de tierra obligándose a pagar cada seis meses la mitad, haciendo la entrega al tesorero cantonal en los meses julio del día 1° y diciembre el día último, quien quisiera mejorar esta postura se la admitirá la que hiciere”.nacional.

Acuerdo del cabildo parroquial del distrito de Funza de 1851

Acuerdo compuesto por 70 artículos en los cuales se especifican los lineamientos para el funcionamiento de una escuela primaria para niños y otra para niñas en el municipio de Funza, mencionando el nombramiento de sus directores, sus contenidos temáticos y otras disposiciones.

En este texto se hace referencia a la forma de evaluar estudiantes y las materias que deberían tomar de acuerdo con su rendimiento escolar. Los directores los nombraba el Cabildo Parroquial después de cumplir con ciertos requisitos, además de pasar un examen bastante riguroso. Por ejemplo, para ser directora el examen consistía en pasar pruebas de lectura, escritura, principios de gramática, doctrina cristiana, urbanidad, costura, calados y bordados. Las muestras de costura debían enviarlas con anticipación para ser evaluadas por las damas del municipio de Funza, las más hábiles en costura.

Se especifica que en las escuelas se veían materias como lectura de textos manuscritos e impresos, escritura, doctrina cristina, historia sagrada, operaciones básicas de aritmética, gramática castellana, ortografía, religión y se indica en qué momento se debe enseñar cada materia durante el año.

Según el examen anual, el Cabildo determinaba qué niños estaban más avanzados para recibir otras materias como moral, geografía, dibujo y topografía.

Las jornadas de estudio eran de 8 a.m. a 12 m. y de 2 pm a 5 p.m., incluyendo los sábados que se desarrollaban de 8 am a 12 m.

Cartel oficial de 1857: Ley organizando provisoriamente el gobierno del Estado

Hacia la segunda mitad del siglo XIX, en la República de Colombia se imprimieron carteles para llegar a todas las ciudades y pueblos del estado; en dichos carteles se imprimían los decretos que los alcaldes comunicaran a viva voz en la plaza principal de cada localidad. Esta reunión se realizaba generalmente los domingos después de la primera misa en la mañana esperando que se congregara la mayor cantidad de la comunidad. Después de que se leían los carteles en voz alta desde los balcones de la alcaldía, los pegaba en las carteleras públicas para que la comunidad los leyera posteriormente.

El primer documento denominado “Ley organizando provisoriamente el gobierno del Estado”, tiene como objetivo informar a toda la ciudadanía la forma en que se dividió en 1857 el Estado de Cundinamarca para su administración. Lo conformaron 3 departamentos: Neiva, Mariquita y Bogotá. Cada departamento lo administraba un prefecto bajo la dependencia del gobernador del Estado,  y el mismo gobernador sería el prefecto del departamento de Bogotá.

A Funza llega este comunicado el 16 de septiembre de 1857, decretando mediante 9 artículos, la forma de organizar provisionalmente el estado de Cundinamarca mientras se definía si era aceptado o no en la confederación de estados.

Cartel oficial de 1902: Resolución no. 39 sobre el orden público de 1902

El segundo documento es la Resolución no. 39 sobre el orden público de 1902. En este documento se muestra cómo el gobierno nacional, a través de su ministro de guerra, expresa mediante este comunicado la forma cómo debería actuarse en Funza y en los demás pueblos de la nación, porque se presumían brotes de insurgencia que podrían afectar la paz lograda con tanto sufrimiento una vez terminada la Guerra de los Mil Días. Se ordena que los prefectos organizaran 6 grupos de vigilancia en cada pueblo y remitieran a este los presos, correspondencias, armas, municiones y demás elementos de guerra que tomaran.

Reglamento para el cabildo de la capital de Funza de 1861

El 24 de julio de 1861, Justo Briceño, el gobernador del Estado Soberano de Cundinamarca, emite un decreto declarando a Funza – que en ese tiempo era considerada una Villa- como la capital del Estado.

Se realizó una reunión de la junta municipal precedida por el regidor y un secretario e hicieron un cabildo para establecer los procedimientos de votaciones y elecciones de los diferentes cargos que determinarían los lineamientos administrativos para que Funza fuera la capital de Cundinamarca. 

Se establece cómo se elegiría el presidente de la corporación, el vicepresidente y el secretario, así como la duración de sus cargos, sus deberes, el desarrollo de las sesiones, los tiempos de uso de la palabra, las votaciones, los proyectos de presupuesto, revocatorias y todos los demás temas requeridos para una gobernación de un cabildo de tanta responsabilidad territorial.

Con este reglamento se organizó el funcionamiento de Funza como capital del Estado de Cundinamarca desde 1861 a 1863, año en que la capital fue trasladada al municipio de Zipaquirá.  Desde Funza se hicieron muchas obras interesantes como por ejemplo, el 7 de agosto de 1861 se publicó el primer número del periódico oficial llamado “El cundinamarqués”, editado en la imprenta del Estado que funcionaba en Funza; periódico que publicaba los actos del gobierno y artículos de otra índole. Se publicaron 107 números en Funza y el último fue el 24 de julio de 1863.

Otro hecho a resaltar sucede el 21 de agosto de 1862, cuando se reúne en Funza la Asamblea Constituyente del Estado Soberano de Cundinamarca y se decreta la primera Constitución Política del Estado, la cual tendría la ciudad de Funza como sitio para reunirse los 1° de agosto de cada año.

Finalmente, es importante mencionar que el 4 de septiembre de 1862 se dicta la ley para navegar con buques de vapor el río Bogotá que en ese tiempo se llamaba río Funza, lo que indica que su caudal era abundante. Esta ley desafortunadamente no se cumplió por hechos políticos de los diferentes estados en conflicto.

Certificación de matrimonio

El valor patrimonial de este documento eclesiástico está representado en la marca de agua del papel (Escudo de la República de Colombia) que se puede observar a contraluz; también por el tipo de papel de textura rugosa y calibre irregular, la estampilla impresa, el manuscrito original y la importancia de su autor, ya que este documento religioso fue escrito en 1899 por el párroco de Funza, Pedro M. Sierra. Este sacerdote fue nombrado párroco de Funza en 1886 y permaneció por más de 40 años en Funza hasta su muerte. A él se le debe la construcción del actual templo parroquial Santiago Apóstol a principios de 1903.

Este registro eclesiástico se refiere a una certificación de matrimonio de Policarpo Melo con Petronila García. Se aprecia una escritura caligráfica cursiva con algunas palabras escritas en latín.

La République de Colombie

Los señores Ricardo Núñez y Henry Halhey, cónsules de Colombia en Bruselas, escribirton este libro publicado en su segunda edición en 1909, de la cual se encuentra en el Archivo documental de Funza un ejemplar escrito en francés. Consta de 8 capítulos relacionados con la geografía y la historia, la agricultura, el comercio y la industria del país; también comprende cuadros estadísticos, tarifas de aduanas y directorio comercial.

Con referencia a Funza, se encuentra una breve descripción geográfica e histórica del municipio:

Funza: altitud 2578 mts. Temperatura de 13 °, 3098 habts. Antigua capital Muisca. Luego de la conquista, según Quesada, contaba con 20.000 bohíos lo cual indicaría que su población era de 80.000 a 100.000 habitantes.

Sin duda este libro contiene datos importantes sobre cómo se difundía la imagen de Colombia en el exterior, igualmente es muy interesante el estudio histórico y geográfico, así como las fotografías que ilustran las descripciones de los lugares. Es muy curioso que llegara este libro a nuestro municipio en aquella época y que se haya conservado en buen estado dado que esta edición de 1909 se agotó en muy corto tiempo.

El censo del Municipio de Funza de 1912

Este libro contiene alrededor de 370 formularios y cada formulario consta de 17 preguntas que deberían aplicarse a cada persona encuestada en Funza en el mes de marzo de 1912.Las preguntas estaban clasificadas por sexo, edad, estado civil, raza, religión, nacionalidad, si está nacionalizado o no, vecindad, ocupación u oficio, si es propietario o no, si trabaja por cuenta propia o ajena, si sabe  leer, escribir, si van a la escuela, si estaban vacunados y si tiene alguna incapacidad para trabajar. Dos de las finalidades extra estadísticas de estos censos era identificar a las personas aptas para el servicio militar, ya que debido a las frecuentes guerras civiles del siglo XIX, la consolidación de un Ejército Nacional era una prioridad del Gobierno. Por otro lado, otro propósito era determinar a quiénes se le podría cobrar más impuestos y a quienes no.

 

En esa época Funza estaba dividida en 9 sectores: Centro, Serrezuelita, Altico, Hato, Catamita, Cacique, Coclí, Capuchina y Siete Trojes. Algunos de estos sectores se transformaron en barrios y otros desaparecieron como el Altico y Catamita, debido a que se encontraban muy alejados del casco urbano y se transformaron en partes constitutivas de terrenos mayores como las veredas.  

 

Algunos apellidos que se registraron en este censo evocan a familias antiguas con más de tres generaciones de asentamiento e historia en el municipio de Funza: Martínez, García, Duque, Organista, Amaya, Barbosa, Acosta, Galvis, entre otros. Igualmente, se registraron algunos apellidos de origen muisca como Cajamarca, Canro, Catama, Churuguaco, Fiquitiva, etc., lo cual manifiesta la gran presencia de este pueblo indígena en nuestro territorio y que, pese a la extinción de su cultura original, los rasgos lingüísticos de sus apellidos han sobrevivido hasta la actualidad.

Demandas verbales del municipio de Funza de 1916

Es un valioso libro de más de 100 años de antigüedad que contiene 38 demandas relacionadas entre 1916 y principios de 1917 en Funza. En él se puede apreciar la manera de gobernar de la época, los principales delitos sociales, expresiones verbales y acontecimientos que generaban discordias en aquella época.

La primera demanda registrada en el libro registra lo siguiente:

Denuncia No.1

Marzo 20 de 1916.

En esta fecha compareció ante el despacho Carmen González, demandando verbalmente a Bonifacia Guerrero, por ultrajes y ofensas graves que dice le infirió el sábado último en este lugar hallándose ambas en los lavaderos de la toma, sin motivo para ello y que cita como testigo a la muchacha Concepción Ulloa, quien oyó las expresiones groseras conque la ofendió. Presente la testigo Concepción Ulloa y juramentada en la forma legal, declaró que era cierto y le constaba que Bonifacia Guerrero le había quitado a Carmen González, aquí abajo en los lavaderos,  que era una ladrona, roba servilletas, vagamunda, sinvergüenza y otras expresiones inmorales, que por respeto a la autoridad no se atreve a manifestarlas. Hallándose también presente Bonifacia Guerrero y oídos sus descargos confesó llanamente que sí era cierto y que le había dirigido algunas malas palabras a Carmen González, en atención a que ésta había ofendido a su hija la menor Josefa Guerrero, con palabras deshonestas y agresivas y sobrenombres por tener la profesión de vender carnes y menudos, no solamente el sábado último sino siempre que la encontraba sola, pero que por ahora no podía citar testigos que pudieran acreditar su dicho. Como de lo expuesto se deduce claramente que Bonifacia Guerrero ha contravenido a lo dispuesto en el artículo 173 del código de Policía, la alcaldía se ve en caso de dictar resolución condenándose a sufrir la pena de dos días de arresto y a prestar fianza de guardar paz con Carmen González, debiéndose esta también prestar fianza por igual caución como contra parte.

El alcalde Antonio Manrique Y Abdón Rincón, secretario.

Libro demandas verbales de 1922

Este interesante libro registra en sus 200 hojas diferentes tipos de demandas hechas en el juzgado municipal de Funza durante los años 1922,1923 y 1924, años en los cuales oficiaba como juez Pablo Palacios. Además de brindar información legal y sociocultural de la época, se aprecia una hermosa caligrafía en un tipo de letra gótica muy común en aquellos tiempos.

Se aprecia por ejemplo que una gran cantidad de demandas están relacionadas con productos alimenticios que los habitantes del municipio compraban fiado en las tiendas y debido a su escasa capacidad de pago, al término del tiempo acordado, no tenían el dinero para pagar el valor de los productos. Igualmente, se aprecia que en un alto porcentaje la mayoría de demandados no sabían firmar las demandas y precisamente se anotaba al final de cada una de ellas que “el demandado no sabía escribir”.

Finalmente, se aprecia que algunas demandas tienen como nota aclaratoria que la deuda sea cedida a favor de la obra del templo parroquial que en ese tiempo se estaba realizando en el municipio.

La Gran Excursión Escolar de 1925

Libro publicado por el Gobierno Nacional en el cual se registra lo relacionado con LA GRAN EXCURSIÓN ESCOLAR DE 1925, en la cual, cerca de diez mil niños de algunas escuelas del departamento de Cundinamarca recorrieron y conocieron durante tres días la capital del país. En 1925 se señaló por medio de una resolución presidencial que el día 12 de octubre se escogía como tributo a la raza para la realización de la excursión. Según el programa, los días 9 y 10 de octubre debían emplearse en el viaje hacia Bogotá; de tal forma que todos los excursionistas pudiesen permanecer en la capital los días 11, 12 y 13, para regresar el 14 de octubre a sus respectivas poblaciones.

 

En Funza se encuentra este ejemplar con una inscripción manuscrita que dice: “Para la Escuela de Varones N°1 de Funza”. Contiene datos de las conferencias dadas a los excursionistas, datos de los lugares visitados anexos de datos históricos, itinerarios, fotografías de los diferentes grupos de niños que participaron y varios anexos históricos.

 

Nuestro municipio participó, como muchos otros municipios del departamento, enviando a sus niños seleccionados y además contribuyó con 50 pesos para esta iniciativa nacional.

Tranvía Municipal de Funza de 1926

Este libro contiene las actas de la junta directiva que se formó en 1926 para realizar el Tranvía Municipal de Funza. En estas actas se expresa que se pretendía facilitar el traslado masivo de los funzanos hasta la estación de Tres Esquinas y así poderse conectar con el Ferrocarril de Cundinamarca. Se creó una Junta Directiva de 12 personas entre los que se incluía el alcalde, y como miembro honorario, el párroco del municipio.

La junta existió hasta 1928 y se lograron realizar los planos y diseños que fueron aprobados por la Gobernación. Este proyecto finalmente no se pudo realizar por causas presupuestales para adquirir los carros automotores, compras de terrenos y material rodante.

No obstante, el interés por facilitar la movilidad de la comunidad hacia la estación del tren en Tres Esquinas fue el inicio para que pocos años después don Pedro Benavides realizara su primera «Chiva» de transporte masivo.